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Termómetro vs Oxímetro

Oxímetro vs Termómetro: Diferencias, usos y cuál necesitas en 2025

En los últimos años se ha vuelto cada vez más común tener en casa pequeños dispositivos de salud que antes solo veíamos en hospitales. Entre ellos destacan dos: el termómetro y el oxímetro de pulso.

Ambos pueden salvarte de un buen susto: el termómetro porque te ayuda a detectar la fiebre a tiempo y el oxímetro porque te avisa si tu sangre no se oxigena correctamente. Ahora bien, ¿realmente necesitas los dos? ¿Cuál es más importante? En este artículo vamos a resolverlo paso a paso.

¿Qué es un termómetro y para qué sirve?

El termómetro es un dispositivo diseñado para medir la temperatura corporal.

  • Uso principal: detectar fiebre.
  • Por qué es importante: la fiebre es uno de los síntomas más claros de que algo no va bien en nuestro organismo.
  • Tipos más comunes en 2025:
    • Termómetros digitales.
    • Termómetros sin contacto (infrarrojos).
    • Termómetros para bebés y niños.
    • Termómetros de cocina y hogar.

En definitiva, si tienes hijos pequeños, adultos mayores en casa o simplemente quieres estar preparado para una gripe, el termómetro sigue siendo imprescindible.

¿Qué es un oxímetro y para qué sirve?

El oxímetro de pulso (también conocido como pulsioxímetro) es un pequeño dispositivo que se coloca en el dedo y mide dos parámetros clave:

  1. La saturación de oxígeno en sangre (SpO2).
  2. La frecuencia cardíaca.

Estos datos son vitales porque una bajada de oxígeno puede ser peligrosa incluso aunque no tengas fiebre.

  • Uso principal: detectar problemas respiratorios.
  • Por qué es importante: ayuda en casos de COVID-19, neumonía, asma, EPOC o incluso para controlar el rendimiento deportivo.
  • Tipos más comunes:
    • Oxímetros de dedo.
    • Oxímetros de muñeca.
    • Modelos deportivos con bluetooth.

Diferencias principales entre oxímetro y termómetro

¿Cuál es la diferencia entre un termómetro y un oxímetro?

Aunque ambos son pequeños, fáciles de usar y funcionan con pilas, la diferencia es clara:

  • El termómetro mide temperatura corporal.
  • El oxímetro mide oxígeno en sangre y pulsaciones.

👉 No compiten entre sí, se complementan.

Recomendaciones finales

Entonces, ¿cuál deberías comprar primero?

  • Si tienes niños en casa: empieza con un termómetro, es indispensable.
  • Si tienes problemas respiratorios o familiares mayores: añade un oxímetro.
  • Si buscas tranquilidad total: lo mejor es tener ambos.

En mi experiencia, invertir en estos dispositivos no es un gasto, es una forma de ganar tranquilidad y seguridad en tu día a día.

Preguntas frecuentes sobre oxímetros de muñeca

Los oxímetros de muñeca modernos son bastante fiables para uso doméstico y continuo, aunque habitualmente los de dedo pueden ser más rápidos y ligeramente más precisos en lecturas puntuales. Para monitorización continua (por ejemplo durante la noche o en pacientes con movilidad reducida) la muñeca aporta comodidad y lecturas estables. Comprueba siempre especificaciones de precisión (±X%), y si necesitas máxima exactitud para diagnóstico, sigue la indicación de tu profesional sanitario.

En casa se considera razonable: valores ≥94% se consideran buenos en personas sanas; 92–94% es zona de vigilancia y conviene valorar síntomas; <90% suele requerir atención médica inmediata. Estas cifras son orientativas: si hay dificultad respiratoria, coloración azulada, hundimiento de costillas o apatía, acude a urgencias aunque el oxímetro marque valores moderados.

Algunos modelos de muñeca están diseñados para pediatría, pero no todos. En recién nacidos suele recomendarse sensor específico (dedo o dedo-toe sensor neonatal). Si vas a usar uno para un bebé, elige un modelo certificado para pediatría y consulta con tu pediatra: la colocación y el tamaño del sensor son críticos para lecturas fiables.

Fíjate en: precisión indicada (±), tiempo de respuesta, rango de SpO₂ soportado, pulsómetro integrado, modo monitor continuo, conectividad (Bluetooth + app), duración de batería, comodidad de la correa, resistencia al sudor/agua, y certificaciones médicas (si las necesitas). Para uso familiar, prioriza facilidad de lectura y batería duradera.

La mayoría no necesita calibración por parte del usuario. Revisa el manual; ciertos modelos profesionales pueden requerir mantenimiento. Comprueba el sensor (limpio y sin daños) y la batería; si notas lecturas inesperadas, compara con otro dispositivo o consulta a un profesional. Guarda siempre el dispositivo en lugar seco y evita golpes fuertes.

Sí: muchos modelos de muñeca están pensados para actividad y monitor nocturno (registro continuo y app). Busca resistencia al sudor, correa segura y modo de registro/alarma. Para diagnósticos de apnea o estudios clínicos necesitarás equipos y protocolos específicos; para control doméstico es una herramienta muy útil como primera alarma.

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